Ella apoyó su cabeza sobre mi pecho, dejó caer su mano sobre él y comenzó a escuchar…
-Parece que hay algo aquí debajo- Me dijo.
Sonreí, me encontraba bien, tranquilo, cómodo, y por un instante de mi vida supe que no había reloj. Acaricié su cabello, guardamos silencio con la voz….pero no con las miradas
Hemos vuelto
Seguimos soñando
0 Besos de gnomo:
Publicar un comentario