Papeles intercambiados...

martes, 26 de julio de 2011


Cae la noche, finaliza un día más.
Uno más, uno menos, qué más da, todos igual de vacíos, ninguno con sentido.

Nada es igual desde que no estás. Todo pierde su color, todo pierde su qué.

Silencio, sólo SILENCIO.

¿Cuántas veces me invistaste a disfrutar del silencio?
Recuerdo cada una de ella, y si esto que siento ahora es la mágia del silencio, prefiero el mayor de los estruendos.

Me siento sola y vacía en este silencio.

Hoy puedo entender cómo te has sentido durante este tiempo.
Yo acallaba mi voz, mientras tú esperabas paciente a que saliese de mi pozo negro y volviese a resurgir; tú, escondido tras las sombras de la noche, tranquilo, siempre con una palabra de ánimo y sin perder la esperanza ni un segundo...

Intercambio de papeles.

Hoy soy yo la que espera en la retaguardia, anhelando tu regreso. ¿Quizá fui yo la que silenció la voz demasiado pronto?

Hoy puedo comprender las noches que pasabas en vela, mirando la luna y pidiéndole que volviera la sonrisa a mi rostro...
... Porque hoy soy yo la que le susurra cada noche que te haga llegar el más dulce de mis besos, para que recuerdes que sigo aquí.


Esta tarde giré mi rostro para que Nekane no pudiera ver cómo se empañaban mis ojos cuando me preguntó por mi ángel.
Algo no va bien - dijo-. Y qué razón tiene.

Nada va bien desde que dejamos de ser ángeles.

Iventamos una historia fantástica en la que tú abrías tus alas y vigilabas mis sueños, y creo que encontraste la manera de ser un poco más mortal recibiendo mi abrazo.

Tengo en mi recuerdo cada una de tus palabras, cada una de tus miradas, cada una de esas caricias, y cada uno de esos besos de la noche del 20 de marzo...

Y sonrío,
al recordar cómo Aysel se mordía una y otra vez los labios por nerviosismo, mientras Red se acercaba a ella, con la mirada más brillante que la propia luna...

Y me estremezco,
al recordar cada uno de esos segundos cuando el tiempo se detuvo.

No hicieron falta palabras, con la mirada nos dijimos todo, mientras la luna obervaba cómo dejábamos atrás el invierno para dar paso a la primavera, nuestra particular primavera, fundiéndonos en ese anhelado abrazo.

Fuiste tú, fuí yo,
FUIMOS UNO.

Sin querer, la historia de ángeles se escapó de mis manos...

Y una lágrima cae por mis mejillas...
porque me volví mortal, y a la vez, verdugo.

Porque todavía no se que cambió en mí,
pero rompí toda la mágia de nuestro cuento de ángeles...

Y sólo puedo repetir una y otra vez que LO SIENTO.
Nunca quise herirte...

Quizá pienses que no tengo derecho a hacer esto, y puede que una vez más, tengas razón.

Lo necesitaba, y aunque se que no quieres oirme, tengo la esperanza de que mis palabras no sean unicamente letras de esas que se lleva el viento...

Una vez más, lo siento. Y sólo decirte que hoy, como tantas y tantas noches, te echo de menos...

PD:He roto mi promesa. Volví a "nuestra" playa. Una vez más, he llorado  allí, como la última vez que pisé su arena, y he vuelto a escribir de nuevo tu nombre en ella; esperando que esta vez, las olas que van y vienen, en lugar de borrar tu recuerdo, te devuelvan a mi vida...

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