A esas horas de la madrugada...

viernes, 4 de noviembre de 2011



Y en un instante infinito...


Se crea la palabra
Se rompe el silencio
Nace la voz


Y lejos de ser una de esas noches en las que el reloj avanza a ritmo tranquilo, indulgente con el silencio de la calle, altivo ante aquellos que sueñas. Lejos de eso, lejos de esas paradojas de estudios inacabados. lejos de todo ello, la noche avanza lentamente, dando bocanadas de aire mientras mi mente viaja hacia un lugar...



Donde no tengamos miedos
Donde podamos de nuevo volar
Donde las miradas se pierdan de nuevo
Donde las caricias dibujen senderos sobre la piel
Donde el mar no borre los nombres
Ni los versos
Ni las palabras


Es una noche de esas en las que todo parece perpetuo, Ludovico marca con más fuerza melancólica las notas de un piano bien afinado. Miro el teléfono, estoy atento a su sonido, la noche será larga...solo espero que acabe en día. Cuesta concentrarse sabiendo que estás ahí, despierta, con la mente en mil nubes


¿Donde están nuestras alas?
¿Cuando más necesitamos volar? 


Y pienso en como estarás ahora mismo, y miro constantemente hacia todas direcciones, nervioso, preocupado, con los pies inquietos y mi mente incapaz de pensar con claridad. Busco entre mis palabras las alas que un día perdí, ausente de mi mismo, atento a tu sonrisa


Atento a ti
Atento al sonido
Para que se rompa el silencio


Este noche es para ti, quizás mañana tenga de nuevo tu sonrisa, y lo siento...no sabía que mi silencio te dolía, necesitaba recuperarme, necesitaba un tiempo que un día creí no tener. Quizás no sea un texto de aquellos paradójicos donde la rima más exacta, donde la palabras más cálida, se cierne a un cielo azul, quizás me haya alejado de la metáfora, de la prosa, de la poesía...simplemente estoy pensando en ti, en que las alas de tu chico de acero, o de tu ángel de alas negras...deberían comenzar a volar de nuevo para ti.





Una noche larga
Una noche en la que no dejo de pensar en ti

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